17.7.10

WHEN I WAS CRUEL - Elvis Costello



Como casi todos los domingos en la tarde, Don Gonzalo y Don Paredes se reúnen para evaluar discos. Son gente cuarentona y rara vez discuten sobre músicos jóvenes; es muy posible que ni siquiera sospechen su existencia. O más posible aún, que la desprecien. Esto es ignorancia, sin duda, y gran cerrazón, pero no los juzguemos con demasiada dureza: son personas mayores, con las inevitables taras que da la vida.
Recordemos: Don Gonzalo es un pretendido dandy (algo que sólo él cree, ya que nadie que lo vea pensaría lo mismo), que trata de vestir a la moda y hasta con alguna tímida exuberancia (algún toque de color que a él le parece atrevido y a alguien veinte años menor, aburrido) y en esta ocasión le ha tocado elegir el lugar de encuentro: para su alivio (porque detesta los olorosos bares que elige Don Paredes) están hoy en una luminosa cafetería con sillones rojos y mesitas hexagonales, olorosa únicamente de café. Allí se reúne gente con ropa bien planchada, muy distinta a la vestimenta vieja, arrugada y casi siempre rota de Don Paredes, un personaje más anciano que su edad, barbado, canoso y obeso que suele mirar con insolencia y hablar en un tono intimidatorio.
Don Gonzalo: Bien venido, Don Paredes, y como usted sabe, hoy elijo, además del lugar de encuentro, el disco a debatir.
Don Paredes: Veremos qué eligió, porque siempre es algo que yo suelo desconocer o conocer poco. Soy un muchacho popular, no como usted.
Don Gonzalo: Cada diferencia es, en cierto modo, una virtud. Mire, no sé si lo conoce, pero me decidí por When I was cruel de Elvis Costello, un disco sobre el que por lo menos habrá leído en internet, ya que en su momento -año 2002- se alabó mucho.
Don Paredes: Leí y escuché. Pero tendría que haber imaginado que elegiría a Costello. Es la clase de músico que usted aprecia y que yo no comprendo, más allá de sus primeros discos de los años 70 del siglo pasado, que no están mal. Después, se desdibujó completamente. Quiso ir en mil direcciones y fracasó en todas.
Don Gonzalo: No sería tan severo. De todas maneras, este When I was cruel parece, por un lado, buscar las fuentes de los primeros trabajos y, por otro, adaptarlas a los tiempos actuales. Digo mal: no es "por un lado y por otro" sino que se trata de uno solo. Esta fortaleza tiene el disco. Suena como el primer Costello (hasta donde eso es posible, ya que ningún ser humano sigue siendo lo que fue) y a la vez como uno muy nuevo, con buena adquisición de sonidos electrónicos, hasta de hip hop.
Don Paredes: Hip hop... Qué estupidez. Está bien que un muchacho negro de Nueva York haga hip hop, es su cultura, pero que después todos vengan y quieran hacer lo que el muchacho negro... Me imagino a Costello bailando como el chico ágil y callejero y no sé si me río o lloro.
Don Gonzalo: No se lo imagine porque nada aquí hace pensar en eso. La adaptación es muy buena, ya lo dije, se integra con bastante naturalidad a la música típica de Costello. Con esto, no digo que me fascine; prefiero un sonido todavía más natural, como el que logró unos años después en Momofuku. Pero no importa. Si bien la producción no es impecable (a veces satura y hay que bajar el volumen, en particular debido a esos bajos estruendosos, como si hubieran querido destacar al nuevo bajista y así continuar la pelea que Costello mantiene con el anterior Bruce Thomas, de un toque más sutil y complejo), si bien no es impecable, decía, es por lo menos interesante y distinta. Eso es un valor.
Don Paredes: Lo será. Pero ¿y las canciones? Porque esa es la carne que ponemos en el asador, no me hable de las papas que acompañan.
Don Gonzalo: Las canciones, con el defecto habitual del Costello post-Blood and chocolate -disco tan alabado por muchos y que sin embargo marca el comienzo del "esfuerzo laríngeo" como le llamo yo: es decir una manera forzada de cantar, bastante antitética con las modulaciones previas, que en general salvaban y destacaban su actuación como cantante carente de una voz agradable pero muy hábil y expresivo. Además -volviendo a las canciones- con el otro defecto que nació con aquel disco: el otro esfuerzo, el de ser "rockero" a toda costa, incluso cuando no se tiene ganas. Ya se sabe que Costello es muy capaz de varios géneros, y que el rock`n'roll es apenas uno de ellos, ni siquiera el de su primera elección. Lo mejor es, casi siempre, esa mezcla de melodía pop de los sesenta, beatlesca y con algún toque de jazz y de soul. Bueno, me alegra decir que, más allá de las rigideces rockeras autoimpuestas (vaya uno a saber por qué extraña razón, aunque es sospechable el deseo de congraciarse con algunos viejos fans poco lúcidos), más allá de algunas fallas, digo, me alegra comprobar que aquí, por primera vez en muchos años, Costello recupera buena parte de la gracia. Vuelve a ser el melodista inspirado, cristalino y personal. Por momentos -y parece milagro- vuelve a cantar a la vieja manera, lo cual emociona y se agradece. Incluso diré que ciertas canciones rockeras no son malas y se benefician de la producción más potente, sucia y electrónica, propia de la década del doble cero. Hago una nueva referencia al futuro Momofuku; ahí recuperaría, terminaría de recuperar también la naturalidad para el rock. Alabado sea el Señor. El Señor Costello, claro.
Don Paredes: No sé. A mí me parece un disco más de Costello, uno de tantos, con la particularidad de que dos o tres temas se destacan y se parecen al Costello de antes... No es mucho.
Don Gonzalo: Bueno, entonces dígame qué es mucho. A nuestra edad, deberíamos saberlo.
Don Paredes: A mi edad, lo único que sé es que no aguanto las repeticiones.
Don Gonzalo: Entonces, si me permite, usted va a terminar mal. En la vida llega un punto en que las cosas se repiten, no todo puede ser novedad, y vale descubrir que hay cierto sentido último en eso. Y no es poca cosa que, en contadas y muy mágicas ocasiones, lo que se repite son las virtudes y la bravura de nuestra juventud. Qué regalo. Piénselo.
Don Paredes: Qué frases las suyas, no me permitirán dormir esta noche.
Don Gonzalo: Borre la sonrisa irónica. En el fondo, sabe que tengo razón. Y que Costello tiene razón. It was so much easier when I was cruel.
Don Paredes: Se tomó la molestia de leer las letras... Admirable.
Don Gonzalo: Algo que hago desde mi juventud.
Don Paredes: Salud.
Don Gonzalo: Salud.

When I was cruel nº 2

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